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Ángel Salazar fue un comediante y actor cubano-estadounidense, reconocido por su estilo cómico distintivo y sus memorables roles cinematográficos. Nacido el 2 de marzo de 1956, la carrera de Salazar abarcó varias décadas, durante las cuales se convirtió en una figura notable tanto en la comedia stand-up como en el cine de Hollywood.
Ángel Salazar nació en Cuba y luego se mudó a los Estados Unidos, donde comenzó su carrera en el entretenimiento. Debutó en la pantalla grande con pequeños papeles en las películas Boulevard Nights y Walk Proud de 1979. Sus primeras actuaciones mostraban una combinación única de comedia física, bromas étnicas astutas y la interacción con el público, que se convertirían en su estilo característico.
El papel que marcó su gran éxito llegó en 1983 cuando interpretó a «Chi Chi», un secuaz del personaje de Al Pacino, Tony Montana, en la icónica película Scarface. Este papel consolidó su lugar en Hollywood y le abrió más oportunidades, incluyendo un rol junto a Tom Hanks en Punchline (1988) y una reunión con Al Pacino en Carlito’s Way (1993).
Más allá de su trabajo en el cine, Salazar fue un prolífico comediante de stand-up. Era conocido por su frase distintiva «Sheck it out» («Check it out»), que usaba frecuentemente durante sus actuaciones. Salazar apareció en varios especiales y series de comedia, como Last Comic Standing y In Living Color. También fue destacado en el documental The Latin Legends of Comedy de 2006, que resaltaba sus contribuciones a la escena de la comedia.
Después de un período de ausencia del cine en la década de 1990, Salazar regresó a la pantalla con papeles en películas como Harlem Blues (2003) y Made in Brooklyn (2007). Continuó trabajando tanto en cine como en televisión, con apariciones notables en proyectos como la serie The Streetz y The Gilbert Diaries: The Movie (2023).
Ángel Salazar falleció el 11 de agosto de 2024, a los 68 años. Murió mientras dormía en la casa de un amigo en Brooklyn, Nueva York. Aunque no se determinó la causa exacta de su muerte, se sabía que tenía problemas cardíacos. La muerte de Salazar provocó una gran cantidad de homenajes por parte de colegas y admiradores, quienes lo recordaron como un comediante y actor talentoso con un espíritu amable y generoso.
El legado de Salazar está marcado por sus contribuciones tanto a la comedia como al cine. Sus actuaciones enérgicas y roles memorables han dejado un impacto duradero en el público, asegurando que su trabajo sea recordado durante muchos años.